lunes, 21 de septiembre de 2009

POR UN AÑO DULCE

Como siempre sucede al final de la jornada laboral en la Muy Fiel y Reconquistadora, la ciudad era un hormiguero, parecía a punto de despedazarse; entonces preferí subir por las escaleras quise evitar el vértigo del ascensor. Al llegar con una sonrisa me abrieron la puerta, Shalom fue parte del recibimiento y pude observar la mesa del comedor vestida para la cena festiva. La luz central de la sala iluminaba a pleno un plato donde descansaba una jala redonda, las manzanas y la miel. En el firmamento había aparecido la primera estrella y esa fue la señal. La familia dijo presente, sentados a la mesa, se escuchó con más atención que nunca la bendición del pan en hebreo. Siempre estuvo a cargo del Abuelo pero esta vez, fue el tiempo de uno de sus nietos, el primogénito, se le notaba orgulloso por el privilegio otorgado y su flamante condición de recién casado.
La evocación hace referencia al Año Nuevo Hebreo. Esto alude a “las festividades de Rosh Hashaná (cabeza del año) y Yom Kipur (día del perdón), forman, junto a los diez días que separan a una de la otra, el llamado período de los Yamim Noraim (días austeros). Son días de arrepentimiento e introspección, de balance de los actos y acciones realizadas, de plegaria y sensibilidad especiales. Comienza el primer día del séptimo mes del año hebreo (Tishrei), considerado por la tradición hebrea como el de la creación del universo. Este año se celebra a partir de la noche del 18 de setiembre y se prolonga por dos días. Los orígenes. Si bien se encuentra consagrada en la Biblia cuando dice: “En el mes séptimo, al primero del mes tendréis sábado, una conmemoración al son de trompetas, y una santa convocación.” (Levítico, Cap. 23, Ver. 24) La festividad de Rosh Hashaná no está basada en ningún acontecimiento de la historia judía. El concepto de Yom Hadin (día del juicio), otro de los nombres con que se le conoce, está dirigido a la humanidad toda, que recuerda el día de su creación, durante el cual comienza a ser juzgada por el creador y cada individuo debe encontrar su lugar en el Libro de la Vida. En estos diez días nos disculpamos ante el creador, pero también, y principalmente, ante nuestros semejantes, por todo el daño que, intencionadamente o no, pudimos haberle provocado. Los Yamim Noraim, son una fiesta especialmente destinada a reforzar el buen relacionamiento entre los seres humanos. Algunas de las Costumbres Tradicionales. En el hogar se destacan las comidas dulces como manzana y miel, para que el año que comienza sea dulce. Se come pescado, para que el pueblo se multiplique como los peces, y especialmente una cabeza de pescado, para que el judío esté en la vanguardia de los hechos positivos y no al final.
Se envían salutaciones especialmente preparadas (postales de Rosh Hashaná) a los amigos y familiares, deseando un año feliz. Es costumbre estrenar y preparar ropas nuevas para esta magna ocasión. Muchos se acercan a algún río o fuente de agua, se vacían los bolsillos de migas y se pide ingresar al nuevo año libre de pecados y transgresiones. Esta costumbre se llama «Tashlij» (tirar). Es costumbre amigarse con las personas con las cuales se estaba enojado y pedir perdón. El saludo tradicional de Rosh Hashaná es, de acuerdo a la mística, «Le Shaná Tová Tikatevu Ve Tijatemu» («que sean inscriptos para un buen año de vida»).”
Es un momento sublime, la doctrina convoca la esperanza, a una nueva vida, fuerza y motor por un futuro mejor. Familia reunida más tradición es bella combinación. Este año, Yael mi hija cocinará su primera ONIK LEICAJ o TORTA DE MIEL, Mina su bobe (abuela) será guía segura. Una ínfima acción en el mundo, un paso grande en la vida de ella. Venga, le explico la receta:
Ingredientes: 1 taza grande de miel, 1 tacita de café fuerte, 1 tacita de aceite, 5 huevos, 250 gr de azúcar, 100 gr de manteca, 400 gr de harina, 4 cucharaditas de polvo de hornear, 2 cucharaditas de canela, jugo y ralladura de 1 limón y 1 naranja, almendras o nueces, chispas de chocolate.
Preparación: en un bol poner la miel, la tacita de café, el aceite, la manteca derretida, el azúcar, los jugos y las ralladuras de limón y la naranja y los huevos. Unir todo muy bien y finalmente añadir la harina tamizada con la canela, el polvo de hornear, las chispas de chocolate y las nueces o almendras. Revolver suavemente, verter en una tortera enmantecada y enharinada. Hornear media hora más o menos a temperatura media. La torta debe quedar más bien húmeda.
Ahora, súmese a la fiesta por un Feliz Año 5770.
Bibliografia: Universidad Ort Uruguay.

Publicado en el Semanario Entrega 2000, el dia 18 de septiembre de 2009, en la sección Las Recetas de Marcos Ruella.