LA PERLA NEGRA
Si
abordo el tema de hoy, desde una épica rioplatense, en un atrevimiento de mi
parte al usar el lunfardo, debo decir: en la chacra sos la reluciente, la de
piel acharolada, destaque de elegancia y sofisticación, que supiste engrupir, a
la runfla gastronómica.
La berenjena es una exótica joya en la cocina. Su amargor y cáscara
negra no fueron limitantes, al contrario, la humanidad la adoptó de la mejor
manera. Se nutre de ella cocinándola en mil fórmulas, porque cruda no es
beneficiosa.
Esa
particularidad la puso en el banquillo de los acusados como venenosa; en ese
delito su hiel fue prueba por la cual la ignorancia eterna de la humanidad, sin
derecho a defensa y el debido proceso, la desterró de ollas y mesas. Luego,
seguramente el hambre o el azar, la reivindicaron, bastó sumergirla en agua
salada para quitar el áspero sabor, más una cocción y ahí comenzó otro cantar.
Ya de cuna tiene en su ADN, la impronta del misterio. “La berenjena se
originó posiblemente en el norte de la India, donde se ha encontrado en su
estado silvestre (plantas espinosas de frutos amargos). En la India ocurrió la
mayor domesticación de los tipos de fruta grande no-amarga. De allí se diseminó
al este, hasta la China, para el siglo 5 DC. China se convirtió en un segundo
centro de domesticación de la berenjena, especialmente de los tipos de fruta
pequeña. Hacia el oeste fue llevada por los árabes, llegando a España para el
siglo 13; probablemente fue llevada a África por los persas. Para el siglo 16
se conocían en Europa variedades de berenjena con espinas y sin espinas en sus
tallos, hojas y el cáliz de las frutas. Los españoles la introdujeron al Nuevo
Mundo, diseminándose posteriormente por todas las Américas” (1)
A
nivel popular la identifican de tantas maneras como pueblos. Melanzane por
nuestros parientes tanos; Batingan traducido del Persa: “fruta del amor” por su
otra cualidad.
“Sus
supuestas virtudes afrodisíacas la hicieron muy popular a lo largo de la Edad
Media y aún hoy en día tiene connotaciones sensuales en los países del Medio
Oriente. En el mundo árabe, ha recibido muchos nombres imaginativos como «el
príncipe de la buena fruta conocida» o «el noble vegetal».
Cuenta
la leyenda que el legendario sultán turco Mustapha Mehre, convencido de que su
avanzada edad, aparentemente vivió hasta los 123 años, se debía al consumo de
berenjenas. Tenía 120 esposas e innumerables concubinas, y siempre su preferida
era aquella que supiera cocinar su plato favorito – la berenjena” (3)
Si
esto no es cierto, al menos esta bien contado.
Es que “No solo era popular su consumo
sino también su aspecto grotesco, que servía de término de comparación con
personajes ridículos. Por ejemplo, cuando el autor Miguel de Cervantes
(1547-1616) recurre a un nombre ridículo, el de Cide Hamete Benengeli, como
autor morisco de su crónica quijotesca, a Sancho Panza se le antoja ser un
nombre derivado de la berenjena, hortaliza de aspecto ridículo que era de
consumo en La Mancha a finales del siglo XVI” (2)
Otro
contemporáneo del notable Manco Español, unió literatura y gastronomía. Baltasar
del Alcázar fue un poeta sevillano, utilizando lo divertido, da cuenta de las
tradiciones de su tiempo, como esta singular obra.
”Tres cosas me tienen preso
de amores el corazón,
la bella Inés, el jamón
y berenjenas con queso.
Esta Inés (amantes) es
quien tuvo en mí tal poder,
que me hizo aborrecer
todo lo que no era Inés.
Trájome un año sin seso,
hasta que en una ocasión
me dio a merendar jamón
y berenjenas con queso.
Fue de Inés la primer palma,
pero ya júzgase mal
entre todos ellos cuál
tiene más parte en mi alma.
En gusto, medida y peso
no le hallo distinción,
ya quiero Inés, ya jamón,
ya berenjenas con queso.
Alega Inés su beldad,
el jamón que es de Aracena,
el queso y berenjena
la española antigüedad.
Y está tan fiel en el peso
que juzgado sin pasión
todo es uno, Inés, jamón,
y berenjenas con queso.
A lo menos este trato
de estos mis nuevos amores,
hará que Inés sus favores,
me los venda más barato.
Pues tendrá por contrapeso
si no hiciere razón,
una lonja de jamón
y berenjenas con queso”
Como
dijo el recordado Hugo Garcia Robles: “como sería la tal Inés y las berenjenas
con queso”:
De
esa duda vamos a lo certero. En el mundo de la joyería, la perla negra es una
rareza, altamente codiciada con cuna en la Polinesia Francesa. Esa originalidad
biológica, en definitiva, naturaleza muerta en un anillo, en un collar, por más
bonito que sea no se comercializa precisamente en almacenes y ferias barriales.
Sin embargo, hay otra perla negra, accesible, a mano.
Es la berenjena, diosa engrupidora,
vestida
distinguida en la huerta y el plato,
motivo
de amor y locura, con pulpa seductora
del
moro a la cristiandad, todo el mundo la aquilató.
Columna emitida en el programa Abrazo País, CX
4 Radio Rural, el 18 de noviembre de 2023.
Bibliografía
consultada:
1.
Berenjenas características de la planta
2.
Contando la historia
https://www.agronline.pe/noticias/contando-la-historia-origen-e-historia-de-la-berenjena/
3.
Berenjena el exótico vegetal
https://restaurantesgrupolamision.wordpress.com/2013/07/05/la-berenjena-el-exotico-vegetal-purpura/