miércoles, 13 de marzo de 2024

 

SU NOMBRE ERA…

    Lo del clima no tiene arreglo. En aquella tarde el sol se metía al Mercado Agrícola por las ventanas altas. Sus rayos iluminaban a pleno el pasillo central. Por intensidad y color parecía otoñal. Sin embargo, la oferta es primaveral.

   Estoy haciendo la compra, en un puesto de verduras. Acá papas, zanahorias, caro el boniato y medio fofo. Una señora con su carro de feria impide mi paso, en un pasaje estrecho.

    Hermosísimas las acelgas y las espinacas. Mi esposa luego las llevará a la gloria en una soberbia pascualina con masa casera, obvio. Las remolachas con su carne carmesí una invitación a lujuria, cargo un atado y la señora, sigue ahí.

‒ Permiso y me deja pasar. Opa la coliflor tienta, dos unidades por monedas, adentro de la bolsa. El morrón accesible, tuvo días mejores, lo compraré en otro comercio. La manzana regularota también queda en el debe. Las mandarinas, aunque pequeñas, baratas, poseen un perfume bárbaro; bueno, lo que se dice barato, barato, no. Este año los cítricos estuvieron espectaculares así varios kilos embolsados rumbo a casa, para que mis hijos me eviten por la fragancia.

   ¿Y la señora? Sigue ahí, en el medio del pasillo como orando a las habas. Con prudencia le pregunto:

‒ ¿Me permite sacar unas habas?, que, entre usted y yo, estaban lindísimas y el precio 79 uruguayos el kilo. No es ganga pero a mi me gustan los granos.

   Con una delicadeza típica de abuela, me inquiere:

‒Joven, con su permiso le hago una consulta.

   Uno que le gusta hablar hasta solo, no podía ser grosero ni rechazar una oportunidad de hablar con una bella y fina dama.

‒Dígame.

   Confieso, con pudor me lo dijo:

‒Que se pueden hacer con las habas porque están baratas si lo comparo con las arvejas que están a 179 pesos el kilo. Con mi esposo, antes las comíamos muchísimo, ahora no tanto.   

   Seguramente esa abuela me puede pasar varios piques y algunas que otra receta resultona; en ese momento, dispuesta a escuchar otras opciones o ¿quizás una excusa para conversar?  

‒ Pues mire, hay muchas posibilidades. En una sopa, en un guiso de arroz, en ensalada con panceta frita, en pasta, en una salsa cremosa con crema o aceite y condimentos. O cocinarlas, hacerlas puré, sal, pimienta, especies y servirlo en una picada con fiambres y quesos en el próximo aperitivo. Es muy bueno sumarle al clásico aperitivo una opción vegetal. ¿Usted sabe qué? y le iba contar un cuento histórico de las habas y mi señora me revolea los ojos, de manera imperativa, tal diciendo no podes con tu genio. Así medio sonrojado fui yo entonces el que la consulté.

‒ ¿Y usted de qué modo las hace?

‒ En tortilla joven, aunque, ya no cocino como antes, hago muy poquito y algún domingo preparo algo para mis hijos y nietos.

   Le confieso, un nudo se me hizo en el estómago. Me repuse y le retruqué, me interesa su versión. Y me largó la receta.

‒ Hiervo pastas secas, la que se le ocurra, moñitas o tirabuzones. Una vez al dente las cuelo y enfrío en abundante agua. Lo pone en un tuper, le agrego habas cocidas, cebolla en cubitos chicos pero no mucha y dos o tres huevos más sal, pimienta y condimentos. Revuelvo bien y en un molde la cocino al horno. No puedo comer muchos fritos. Mas una ensalada es mi almuerzo por dos días.

   Ahora éramos tres los que entorpecíamos el paso en el comercio. Se había sumado mi señora a la charla y se la presente.

   Cuando la saludó, me pareció que sus ojos se nublaron. Con mucho cariño, la abrazó y expresó:

‒ Yo antes hacía las compras con mi esposo, íbamos a la feria barrial. Ahora no tengo mucho para hacer, aprovecho el boleto de jubilado y hago un paseíto por el mercado y me compro unas cositas. Y perdón por la molestia, Por favor ¿me puede alcanzar ese atado de cebolla de verdeo, no sé por qué las ponen tan altas?

   Al final terminamos haciendo juntos la cola de la caja. Seguimos conversando. Del tiempo, lo caro que esta el costo de la vida, de sus otrora clases de biología, prefirió no hablar de política. Volvió al tema de las habas, por medio de las cuales se hacen hechizos o sortilegios.

   Antes de despedirnos con un beso, tuve tiempo de pedirle permiso y pasar su receta en este espacio.

‒ Por supuesto joven y dígame en ¿qué radio lo escucho? Tenga la seguridad que todos los sábados me hará compañía.

   Se alejó caminando por ese callejón del Mercado, iluminado, en un sol casi moribundo. Los años no le habían hecho perder su elegancia.

   Ya en el auto, regreso a casa, mi señora me pregunta.

‒ ¿Cómo se llamaba la señora con la cual hablamos?

   Solo recuerdo su nombre: Soledad.

 

 Columna emitida en el programa Abrazo País, CX 4 Radio Rural, el  04 de noviembre de 2023.

lunes, 11 de marzo de 2024

 


A USTED:

 

   Estimado y afamado cocinero/a devenido en conductor de programa de televisión:

Con puntualidad suiza y fanatismo argentino asisto en primera fila a su programa; ya quisiera el padre Antonio la misma periodicidad para con mis deberes religiosos. Una aplicación que no tuve en mis estudios de grado copio sus recetas, presto atención a sus consejos, guardo de vuestra web mayor información y he comprado, en la medida de mis posibilidades, los libros de su auditoría. Mi afán, llega al punto de encargar a mis amigos la grabación en dvd de aquellos capítulos, escasos por otra parte, a los cuales no puedo acudir. Desde ya debo agradecerle algo, mi entusiasmo hacia sus episodios me libran de la tortura de observar a once pata duras enfundados en la otrora gloriosa celeste; le debo ese favor. 

   Va por delante mi reconocimiento a su buen hacer en los fogones, su maestría en el manejo de técnicas y productos. Si eso fuera poco se le suma la cuidada estética complementando los platos con datos históricos interesantes. Aunque claro a veces suena tedioso y tiene cierta tendencia a caer en el uso excesivo de adjetivos. En confianza permítame presentarle algunas cuestiones, por eso:      

   Usted para cocinar una fórmula utiliza varios ingredientes y todos están limpios, pesados, contados, hidratados, cortados, rebanados, de manera prolija y uniforme.

   Usted que hace un postre utilizando dos tipos diferentes de merengue, bate y hornea un bizcochuelo, monta una crema chantilly, templa el chocolate y arma un enrulado,  confita la fruta, en un tiempo de veinte minutos decorando de manera simétrica con una crema en un acabado perfecto. Todo esto sin ensuciar en lo más mínimo su inmaculado peto.

   Usted que cuando le publican su receta en la web del canal uno descubre que las cantidades no son precisas, sobran ingredientes, hay faltas de ortografía, el procedimiento no es claro y le abrevian las explicaciones más importantes que justo recalcó como fundamentales

  Usted que guarda en la heladera salmón chileno, lomo vacuno, queso parmesano italiano, crema de leche de cabra, langosta y trucha de un criadero de la Patagonia, ah y esturión del lago de Baygorria. En el armario guarda fideos, tomates desecados y hongos italianos, azafrán griego, pimientos choriceros y arroz Calasparra español. Para más gloria, luce en la mesada una hermosa pata de jamón de Jabugo y su correspondiente cuchillo toledano.  

   Usted que en la despensa guarda variados morrones mexicanos, papas peruanas, rúcula recién cortada y un cuenco reboza de romero, perejil, cilantro, albahaca, menta y tomillo y ¡no se le secan!

   Usted que frita en dos litros de aceite de oliva extra virgen dos filetitos de morondanga y luego desecha esa grasa porque en el fondo se decantaron algunas migas del rebozado.

   Usted que gasta dos rollos de papel para limpiar las manchas de sangre del corte de carne o se vale de blancos repasadores al momento de pelar las remolachas; al respecto en mi casa tengo dos con manchas rebeldes y ni el jabón más agresivo pudo con ellas. 

   Usted que desgrasa los fondos de cocción con un vino tinto reserva denominación de origen controlada que sale en mostrador más de $ 700 pesos o con un linajudo champagne elabora una salsa de la cual solo tomará seis gotas y las depositará de manera concéntrica en torno al sangrante filete cárnico.

    Usted que dispone de un surtido de aparatos eléctricos de diseño italiano, ollas y cubertería francesa, copas Riedel, más chiquicientos instrumentos extraños es seguro, en su casa también los dispone.

   Usted, ¿me puede decir como hace?

   Su seguro servidor, Marcos Ruella.

 

 

 

Columna emitida en el programa Abrazo País, CX 4 Radio Rural, el 28 de octubre de 2023.

martes, 5 de marzo de 2024

 

SABORES

 

   Hay ciertos sabores asociados a lugares, fechas o momentos, esta combinación es propia de cada individuo y los mismos, en un gran porcentaje nos evoca instantes agradables; aunque el resabio tiene también lo suyo. Para muchos extranjeros Montevideo les recuerda el tabaco, en mi caso asocio la coliflor a Fray Bentos o la remolacha con la Colonia Tomas Berreta. El verano doloreño sabe albahaca de Mamá, la fiesta de la primavera huele a cordero, ya en esta estación cuento.

   Hace unos días, al caminar por las calles del Prado montevideano, paso frente a un puesto de frutas y verduras callejero donde un trabajador se gana la vida. La oferta era la de siempre, pero hubo algo que me llamó la atención. Habían aparecido los primeros de la temporada, unos duraznos con poca pinta y los nísperos, muy escondidos entre la verde oferta de la verdura de hoja; las acelgas lucían espectaculares.

   Le pregunto: ¿a cuanto tenés los nísperos? y obtengo como lacónica respuesta: - no sé, me los trajo un vecino, tenía muchos y quiere que se los venda, nunca los había vendido así que no se.

   Me los hace probar, dulce, muy dulces, el hombre sabía lo que tenía en venta y haciéndose el tonto, tal perro que volcó el balde, los oferta a 50 pesos el kilo.

   Una ganga, rápidamente ordeno: dame dos kilos y medio. Mientras el comerciante lo pesa, entre sorprendido e incrédulo pregunta ¿y qué vas hacer con tanto níspero? Alguno me los como sin más y el resto dulce. Ahora al no poder invitarlo, le cuento la receta de la confitura:

DULCE DE NISPEROS

Ingredientes: 1500 gr de nísperos, 1300 gr de azúcar
Póngase el delantal para 1.- lavar los nísperos con agua. Eliminar los cabitos leñosos que unen la fruta con el árbol. 2.- cortarlos a la mitad, retirar los carozos, reservar la pulpa. 3.- pesar la pulpa obtenida (en mi caso a partir de 1500 gr de fruta al retirar el hueso, quedé con 1300 gramos de pulpa) 4.- moler la pulpa en el procesador para obtener un granulado más chico. El níspero por sus características tiene una piel un poco más dura que otras frutas, estimé que mis mayores podrían tener alguna dificultad si los trozos fueran grandes. 5.- los mezclé con el azúcar (partes iguales de pulpa y de azúcar) y en un recipiente tapado estuvieron en maceración 7 horas. 6.- se cocinaron a fuego bajo y a intervalos los revolví en forma de ocho A los 55 minutos tomó la consistencia de mi agrado, un tanto líquida. Los envasé en frascos esterilizados.

   A partir de esta preparación tengo pensado nuevas fórmulas en la medida que haya éxito aquí lo contaré. Como la curiosidad tiene mucho de vicio busco más información sobre la fruta en cuestión, me desasna el Larousse Gastronomique en español y aporta lo siguiente: el Níspero (Nèfle du Japón) es un fruto del níspero del Japón, árbol de la familia de las rosáceas que crece en Oriente, pero también en la cuenca del Mediterráneo. Posee una piel resistente con un poco de vello, de color amarillo pálido o anaranjado, una carne blanca, amarilla o anaranjada, firme o fundente según la variedad y con uno o varios huesos. Es poco energético (38 kcal por cada 100gr) rico en calcio y en vitamina A. Se come al natural, bien maduro, como postre o sirve en confituras, jaleas, jarabes y licores. Por su parte de la Níspola (Nèfle) dice: fruto del níspero europeo, árbol de la familia de las rosáceas, piriforme y oscuro, de 3 cm de diámetro, cuya pulpa grisácea contiene 5 huesos (algunas variedades carecen de ellos). Originaria de Europa, la níspola sólo es comestible muy madura, después de haber sobre madurado lentamente bajo paja, en un frutero. Aporta 97 kcal por cada 100 gr, tiene un sabor suave y acidulado y algo vinoso. Se emplea sobre todo para hacer compotas. Escrito esto, que no sabía, digo: la níspola de acuerdo a esa descripción nunca la vi. Como dice el dicho, no te acostarás sin haber aprendido algo.

   Antes de ir a descansar debo revisar el artículo, grabarlo, mandarlo a la radio y previo tengo tiempo todavía para gozar de la cocina. Una porción de helado de chocolate y dulce de leche la acompaño con un poco de dulce de níspero a la manera de salsa. El sabor confitado de la fruta me lleva a otros tiempos: a Dolores, hace años, donde unos niños sentados en el cordón de la vereda al comer unos nísperos jugaban a escupir lo más lejos posible al carozo.

   Extraño suceso y a la vez hermoso, recuerdo acaecido a partir de un sabor.

 

 

Columna emitida en el programa Abrazo País, CX 4 Radio Rural, el 21 de octubre de 2023.

miércoles, 28 de febrero de 2024

 

LOS ÑOQUIS DEL 29

 

   El 29 de septiembre de 1995, este cronista se embarcaba en Roma en avión de línea italiana, rumbo a estas pampas. Por la fecha, el lugar y su gastronomía, me imagine: hoy, estoy de fiesta.  

   Fue cuando la azafata muy amablemente me dio a elegir entre pollo o ensalada, ¿y los ñoquis pregunté?

-No está en nuestras opciones, fue la amable respuesta.

   En ese acto, se cometía mi primera inasistencia a la cita de “los ñoquis del 29”.

  Con la excusa de rellenar una y otra vez la copa de buen chianti, ese rico vino toscano, la auxiliar de cabina me indicó que no existe tradición en Italia de comer esa pasta en la fecha indicada. Entonces la cosa no iba a quedar así nomas y me puse averiguar.

   Mis amigos europeos del grupo es.charla.gastronomia, gente que en temas de cocina e historia la tienen clara, fueron unánimes: en esa parte del mundo, no hay constancia de comer ñoquis en un día especial.  

    Agarré los libros que no muerden y la literatura culinaria dice las mismas verdades que mis amigos y la azafata.

  Hace muy poco tiempo leyendo la recomendable tesis doctoral del antropólogo uruguayo Gustavo Laborde titulada “Identidad Uruguaya en Cocina, narrativas sobre el origen” expresa: “No obstante, los gnocchi di patate figuran ya en el Artusi. En Uruguay es costumbre consumir ñoquis los días 29 de cada mes. Muchos informantes señalan que esto se hizo “siempre”, pero no hay indicios de eso en ninguna fuente y más de un informante lo ha señalado como una costumbre reciente. Esta costumbre está extendida por buena parte de Argentina y Brasil, también. Tuve oportunidad de comentarle el hábito al mayor historiador de la cocina italiana, Massimo Montanari. La costumbre le causó asombro y curiosidad; en Italia no se conoce”

   Pellegrino Artusi 1820 1911 fue un escritor culinario italiano ilustre por su libro La ciencia de la cocina y el arte del buen comer.

   Complementando a Laborde el siguiente hecho. Cuando me instalé en Montevideo en el año 1982, descubro que hacia la mejor buenaventura era imprescindible comerse un plato de ñoquis los 29. Más aún, la revista humorística El Dedo y luego Guambia le ponían un dedito para arriba a la fábrica de pastas La Spezia porque indefectiblemente su dueño, don Roberto Speranza, les mandaba cada 29 los famosos ñoquis. Esa mención pública, en un medio de prensa era inédita, una singular campaña de marketing.

   A propósito realicé consulta bibliográfica en el portal Anáforas de la Facultad de Información y Comunicación de la UDELAR y el resultado arrojó: varias recetas de ñoquis; algunas con papa como ingrediente los demás preparados en base a harina y ninguna referencia a la obligatoriedad de una fecha específica de consumo de este tipo de pasta.

   Por lo que no es desacertado afirmar que solo en Argentina, parte de Brasil y nuestro país, es por tradición oral que los ñoquis tendrán mayor fortuna ingerirlos el 29.

  En esto de la transmisión de doctrinas, ritos y costumbres, la sabiduría popular es clara en disfrutar la pasta en base a papa con rica salsa y un vaso de vino o cerveza habiendo depositado monedas o billetes bajo el plato en aras de que se multiplique el dinero en un milagro cuasi religioso. 

  De hecho yo también me afiliaba a esa sentencia de rito pagano cuando el profesor Santiago Zefferino Diaz, historiador mercedario se pregunta y contesta lo siguiente: “¿Por qué dejamos plata abajo del plato cuando comemos ñoquis los 29?
Hace algún tiempo vengo investigando los diferentes trabajos que nuestros tatarabuelos italianos ofrecían inmediatamente cuando descendían de los barcos. Prácticamente hacían de todo. Lo que si sabemos era que no morían de hambre…por lo general eran apadrinados por aquellas familias italianas que ya hacían algún tiempo estaban en el país y habían forjado su modesta fortuna. De esta forma, los 29 de cada mes aquellos aventureros que recién llegaban a las ciudades uruguayas, eran invitados a comer pasta, más específicamente ñoquis. Sin que nadie vea, por una cuestión de honor y respeto, el anfitrión dejaba disimuladamente debajo del plato alguna moneda para que pudiera sobrellevar su estadía hasta que consiga algún trabajo en las nuevas tierras”

  Una interesante visión muy certera, en un colectivo que asumió la colaboración y solidaridad de manera concreta con sus paisanos”.

  Como fuera, si ayer no los comió, todavía tiene la chance de mañana domingo, hervir papas, más harina, sal y darle forma mientras en el fuego, al ruido del chup chup un tuco, concentra sabores. Preparación barata, aunque laboriosa linda para juntar familia.

   Si las uvas buenas se reencarnan en algo mejor, en el contexto de esta sentencia, con el ñoqui, la papa llegó a su santidad.

 

 

Columna emitida en el programa Abrazo País, CX 4 Radio Rural, el 30 de septiembre de 2023.

 

lunes, 26 de febrero de 2024

 

UNA CUESTIÓN DE SURCOS MAL HECHOS

 

 

   En eso estaban, como rezando, en el altar mayor de la cocina: la mesada del fogón.  Aquella habitación con grandes ventanales en tres paredes además de muy iluminada era amplia. En la mesa cabían cómodamente 8 o 10, testigo mudo de alegrías, esperanzas y amarguras por alguna cosecha perdida; siempre, asiento de familia. En el aire ese olorcito difícil de describir, típico de donde se come rico y abundante.

   Era un 29 y el matrimonio hacía ñoquis, bueno ella, él los aplastaba. La dueña de casa fue bautizada con los nombres de Blanca Delicia, tenía flor de mano en la cocina. Sensación en la zona, en las fiestas de la escuela, o en la aparcería. Sus preparaciones saladas o dulces eran la envidia de las malas cocineras y sujeto de consulta por sus recetas infalibles. 

   El gaucho es don Domingo Alegre, sí, no se ría, era hijo del Macho Alegre primo segundo de los Alegre de la calle Río Negro, los de Dolores me entienden.

    Ella de manos aladas, transformaba un cilindro de masa de papa en piezas semi huecas de surcos externos perfectos que ayudan a levantar la salsa. Él por el contrario con sus toscos dedos, aptos para la actividad rural carentes de motricidad fina en el manejo de una pequeña pieza. Dejaba estampado en el mármol la mezcla de puré de papa, harina, huevo y sal.

   En un lamento cariñoso, Blanca le decía: no puedo entender, sos capaz de hacer el alambrado más derecho que el trayecto de una luz, domar un rayo si fuera necesario pero tenés dos manos zurdas para hacerle los surcos a los ñoquis.

   El hombre no dijo nada. De su boca jamás saldría ofensa ni levantaría la voz a la mujer amada. Aunque quede claro, si algo similar le hubieran dicho en otro lugar, o insinuado una agachada, con el caronero le bordaba en sangre, el nombre, apellido y sobrenombre al diablo más ladino. 

   Entonces, se puso a hacer el tuco, que no le quedaba mal, aunque abusaba de la panceta. Disponían el almuerzo dominguero a la espera del resto de la familia aprovechando para coordinar otros asuntos. La posibilidad de meter riego en la pradera, antes del próximo año cuando la mayor se va a Montevideo a seguir los estudios universitarios y se volvió a recordar que estaría bueno cerrar el parrillero. 

   Pero algo raro pasaba. Ese matrimonio se había construido en base a honestidad y obviamente con mucho cariño, de cualquier manera, a fin de mes el ambiente se tornaba tenso, inseguro, no lo podían explicar. Esa primera sensación fea se fue agrandando, se tornó preocupante, ambos ya no eran los mismos.

    Es que ese gaucho, hábil y cumplidor en todo, tenía una debilidad y cada vez más seguido se perdía.

  La mujer lo intuyó y se empezó hacer la cabeza, no faltó algún manijazo de una de la zona y el combo se volvió explosivo. Lo fue pastoreando, insinuó donde podría ubicarlo y lo fue a buscar.

   Por eso en la tardecita se apersonó al lugar en que estaba su marido, la camioneta afuera lo delató. No pidió permiso ni le importó nada. Se mandó para adentro.

   Como era de imaginarse, lo agarró con las manos en la masa, si, ahí, juntitos los dos. El hacía tiempo se lo venía escondiendo.

   Se la hago corta. Don Domingo hacia ñoquis en la aparcería, muy obsesionado practicaba, quería alcanzar la perfección y sorprender a toda su familia. Por eso agarró de conejillos de Indias a sus socios de agrupación, que los tenía hartos de tanta pasta. En aras de una mejoría, se había comprado por internet un montón de aparatos que, para no levantar sospecha en su pareja, se los hacía traer a Dolores; dirección de entrega: almacén El Vasco, su amigo, allá por el Barrio Sur. 

   En eso se había gastado su buena plata. Una máquina que resultó buena para hacer cavatellis, unos cubiertos largos chinos cuasi mágicos que le prometieron la forma perfecta y hasta otra inútil máquina eléctrica automática, vulgar bolladora; todavía con el problema que necesitaba transformador porque funcionaba a 110 voltios.

No le sirvió para nada, terminó usando el viejo y querido tenedor.

   Ella se puso a llorar. Había desconfiado mal aunque él también tenía un poco de culpa, no haberle dicho de entrada a Blanca lo que hacía.

   Esta historia tiene un final feliz. Dejaron todo. Los de la aparcería contentos, podrían cambiar de menú. Ellos se fueron como recién casados tomaditos de la mano, al restaurante Los Faroles del Pompón Gorostiaga. Esa noche, fue la primera vez en su vida, que comieron ñoquis comprados fuera de casa, que por cierto, tenían poco surcos.

 

 

Columna emitida en el programa Abrazo País, CX 4 Radio Rural, el 23 de septiembre de 2023.

sábado, 23 de septiembre de 2023



COMPOTA DE FRUTAS SECAS

 

Ingredientes: 6 tazas de agua, 3 tazas de azúcar, 120 gr de cranberries (arándanos rojos deshidratados), 150 gr pasas de uvas rubias, 200 gr damascos desecados, 250 gr ciruelas sin carozo.

Preparación: póngase el delantal para hacer el almíbar. En una olla disponga el agua y el azúcar y llevar a fuego para diluir el azúcar y concentrar el líquido. Reducir a gusto. Retirar del fuego. Agregar las frutas deshidratadas en el almíbar. Tapar el recipiente y dejar reposar por 60 minutos aproximadamente. Llevar a fuego mediano por 10 minutos. Dejar enfriar y conservar en la heladera.

Nota: en esta oportunidad cuando se sumó las frutas deshidratadas se adicionó a la preparación, una naranja con cáscara, cortada en finas rodajas.

Es conveniente disponer esta fórmula con unos días de anticipación y reservarla, gana en sabor.

Si es de su agrado se puede aromatizar el almíbar con anís, cardamomo, anís estrellado, cedrón u otras especias.

 









 

 

UN NUEVO AÑO JUDIO

 

   El próximo viernes 15 de septiembre, al atardecer será la señal clara, inequívoca, se inicia un nuevo año judío. En esta fiesta, la comunidad celebra 5784 años de la creación del mundo. Un gran acontecimiento.

   Como comienzo, no es solo el primer día del año, sino también su “cabeza”, así como esta comanda al resto del cuerpo, del mismo modo en esta jornada se predestinan todos los hechos que ocurrirán durante el año.

   Es una fiesta para todos. Observantes o no, nos congregaremos para reafirmar el deseo de todos los tiempos, ser el inicio de un nuevo período a favor de la paz, el trabajo, la fraternidad.

   Es un momento sublime, la doctrina convoca la esperanza, a una nueva vida, fuerza y motor por un futuro mejor. Familia reunida más tradición es bella combinación

   Como aquella vez, al final de la jornada laboral en Montevideo, la ciudad era un hormiguero, parecía a punto de despedazarse; entonces preferí subir por las escaleras para bajar un cambio. Al llegar con una sonrisa me abrieron la puerta, Shana tova fue parte del recibimiento y pude observar la mesa del comedor vestida para la cena festiva.

   La luz central de la sala iluminaba a pleno un plato donde descansaba una jala redonda, las manzanas y la miel. En el firmamento había aparecido la primera estrella y esa fue la señal. La familia dijo presente, sentados a la mesa, se escuchó con más atención que nunca la bendición del pan y el vino en hebreo. Siempre estuvo a cargo del abuelo, pero esta vez, fue el tiempo de uno de sus nietos, el primogénito, se le notaba orgulloso por el privilegio otorgado y su flamante condición de recién casado.

   Una ínfima acción en el mundo, un paso grande en la vida de todos.

   Como la torta tradicional que mi hija preparó con la guía segura de su abuela, en bendita memoria. Le cuento la receta, Venga súmese con nosotros a este importante momento, prepare esta ONIK LEICAJ o TORTA DE MIEL:

Ingredientes: 1 taza grande de miel, 1 tacita de café fuerte, 1 tacita de aceite, 5 huevos, 250 gr de azúcar, 100 gr de manteca, 400 gr de harina, 4 cucharaditas de polvo de hornear, 2 cucharaditas de canela, jugo y ralladura de 1 limón y 1 naranja, almendras o nueces.

Preparación: en un bol poner la miel, la tacita de café, el aceite, la manteca derretida, el azúcar, los jugos y las ralladuras de limón, la naranja y los huevos. Unir todo muy bien y finalmente añadir la harina tamizada con la canela, el polvo de hornear, y las nueces o almendras. Revolver suavemente, verter en una tortera enmantecada y enharinada. Hornear media hora más o menos a temperatura media. La torta debe quedar más bien húmeda.

   En Uruguay somos afortunados, tenemos paz y podemos escuchar, en otros países está prohibido mientras en Israel el enemigo acecha. Todos tenemos esperanza en un tiempo de concordia, trabajamos para eso. Una vez más la oportunidad de reafirmar: ser la cabeza de un año bueno y dulce.

   Por un 5784 pleno de todo eso para todos

 

Columna emitida en el programa Abrazo País, CX 4 Radio Rural, el 9 de septiembre de 2023.