SABORES
Hay ciertos sabores asociados a lugares,
fechas o momentos, esta combinación es propia de cada individuo y los mismos,
en un gran porcentaje nos evoca instantes agradables; aunque el resabio tiene
también lo suyo. Para muchos extranjeros Montevideo les recuerda el tabaco, en
mi caso asocio la coliflor a Fray Bentos o la remolacha con la Colonia Tomas
Berreta. El verano doloreño sabe albahaca de Mamá, la fiesta de la primavera huele
a cordero, ya en esta estación cuento.
Hace unos días, al caminar por las calles
del Prado montevideano, paso frente a un puesto de frutas y verduras callejero
donde un trabajador se gana la vida. La oferta era la de siempre, pero hubo algo
que me llamó la atención. Habían aparecido los primeros de la temporada, unos
duraznos con poca pinta y los nísperos, muy escondidos entre la verde oferta de
la verdura de hoja; las acelgas lucían espectaculares.
Le pregunto: ¿a cuanto tenés los nísperos? y
obtengo como lacónica respuesta: - no sé, me los trajo un vecino, tenía muchos
y quiere que se los venda, nunca los había vendido así que no se.
Me los hace probar, dulce, muy dulces, el
hombre sabía lo que tenía en venta y haciéndose el tonto, tal perro que volcó
el balde, los oferta a 50 pesos el kilo.
Una ganga, rápidamente ordeno: dame dos
kilos y medio. Mientras el comerciante lo pesa, entre sorprendido e incrédulo
pregunta ¿y qué vas hacer con tanto níspero? Alguno me los como sin más y el
resto dulce. Ahora al no poder invitarlo, le cuento la receta de la confitura:
DULCE DE NISPEROS
Ingredientes: 1500
gr de nísperos, 1300 gr de azúcar
Póngase el delantal para 1.- lavar los nísperos con agua. Eliminar los cabitos
leñosos que unen la fruta con el árbol. 2.- cortarlos a la mitad, retirar
los carozos, reservar la pulpa. 3.- pesar la pulpa obtenida (en mi caso a
partir de 1500 gr de fruta al retirar el hueso, quedé con 1300 gramos de pulpa)
4.- moler la pulpa en el procesador para obtener un granulado más chico. El
níspero por sus características tiene una piel un poco más dura que otras frutas,
estimé que mis mayores podrían tener alguna dificultad si los trozos fueran
grandes. 5.- los mezclé con el azúcar (partes iguales de pulpa y de azúcar) y en
un recipiente tapado estuvieron en maceración 7 horas. 6.- se cocinaron a fuego
bajo y a intervalos los revolví en forma de ocho A los 55 minutos tomó la
consistencia de mi agrado, un tanto líquida. Los envasé en frascos
esterilizados.
A partir de esta preparación tengo pensado nuevas
fórmulas en la medida que haya éxito aquí lo contaré. Como la curiosidad tiene
mucho de vicio busco más información sobre la fruta en cuestión, me desasna el
Larousse Gastronomique en español y aporta lo siguiente: el Níspero (Nèfle du
Japón) es un fruto del níspero del Japón, árbol de la familia de las rosáceas
que crece en Oriente, pero también en la cuenca del Mediterráneo. Posee una
piel resistente con un poco de vello, de color amarillo pálido o anaranjado,
una carne blanca, amarilla o anaranjada, firme o fundente según la variedad y
con uno o varios huesos. Es poco energético (38 kcal por cada 100gr) rico en
calcio y en vitamina A. Se come al natural, bien maduro, como postre o sirve en
confituras, jaleas, jarabes y licores. Por su parte de la Níspola (Nèfle) dice:
fruto del níspero europeo, árbol de la familia de las rosáceas, piriforme y
oscuro, de 3 cm de diámetro, cuya pulpa grisácea contiene 5 huesos (algunas
variedades carecen de ellos). Originaria de Europa, la níspola sólo es
comestible muy madura, después de haber sobre madurado lentamente bajo paja, en
un frutero. Aporta 97 kcal por cada 100 gr, tiene un sabor suave y acidulado y
algo vinoso. Se emplea sobre todo para hacer compotas. Escrito esto, que no
sabía, digo: la níspola de acuerdo a esa descripción nunca la vi. Como dice el
dicho, no te acostarás sin haber aprendido algo.
Antes de ir a descansar debo revisar el
artículo, grabarlo, mandarlo a la radio y previo tengo tiempo todavía para
gozar de la cocina. Una porción de helado de chocolate y dulce de leche la
acompaño con un poco de dulce de níspero a la manera de salsa. El sabor
confitado de la fruta me lleva a otros tiempos: a Dolores, hace años, donde
unos niños sentados en el cordón de la vereda al comer unos nísperos jugaban a
escupir lo más lejos posible al carozo.
Extraño suceso y a la vez hermoso, recuerdo
acaecido a partir de un sabor.
Columna emitida en el programa Abrazo País, CX 4 Radio Rural,
el 21 de octubre de 2023.
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