Después de una larga negociación, se firmó el 8 de octubre de 1851 el acuerdo que ponía fin a la Guerra Grande, iniciada en 1839. En definitiva, más allá de las consecuencias económicas, políticas y estratégicas que el pacto generó, se buscó que el conflicto terminara “sin vencidos ni vencedores”
En aquel Montevideo sitiado de 1846, en la comunidad alemana surgió la iniciativa de fundar varias instituciones sociales que los congregase. Entre quienes aportaron dinero en la campaña de recaudación de fondos, figura Johan Friedrich Francke, el primer fabricante de cerveza que hubo en nuestra ciudad.
En esa colecta, Francke aportó 10 patacones, según un recibo donde luce escrito a mano en el dorso “brewer outsider the Cim”. Según la interpretación que se ha dado de esta expresión, daría una pista de donde tenía su fábrica, en los extramuros de Montevideo y cerca de un cementerio.
El francés Pedro Pico en 1846 confeccionó un plano de la ciudad donde señaló la referencia de “cervezero” ubicado junto al cementerio Británico, donde comenzaba el camino de La Estanzuela, hoy Constituyente.
En tanto no se conoce otra documentación que pruebe lo contrario, es legítimo pensar que estamos frente al primer cervecero de Uruguay, según lo documenta Bernd Müller en su libro “Cerveceros, Cervecerías y Porrones del Montevideo de Antaño” publicado en 1989. Es que no hay muchas fuentes sobre el tema donde recurrir.
“Los grupos económicos en la industria cervecera uruguaya: una perspectiva histórica” de Raúl Jacob, egresado de historia de la Facultad de Humanidades y Ciencias. Editado en junio del 2000 y reeditado on line en el 2012, es un documento de trabajo para la Unidad Multidisciplinaria - Programa de Población de Facultad de Ciencias Sociales, Udelar. Su autor en el resumen explica: “el objetivo de este artículo, de intentar reconstruir y analizar el papel de los grupos económicos en la evolución empresarial durante un período histórico, encuentra su explicación en la necesidad de tratar de esbozar una tipología que permita subrayar las líneas generales del proceso de financiación del desarrollo industrial”. Su interés y lo deja claro, no es el de identificar el origen del sector: “Las primeras cervecerías surgieron en Uruguay en la primera mitad del siglo XIX como consecuencia del desarrollo de la inmigración europea…No comenzaremos por el principio. Para nuestra finalidad el año en que se inició la fabricación de cerveza es un dato aleatorio.” Es un interesante trabajo, bien enfocado en la historia económica, de 34 páginas con varios cuadros ilustrativos y sostenidos por 87 notas bibliográficas.
“La Historia de la Cerveza en Uruguay” de Armando Olveira es una obra de 240 páginas, en seis capítulos, con más de mil fotos y hasta con recetas de cocina. A mi entender el título es muy ambicioso y el contenido no está a su altura. Según lo consigna el portal Montevideo.com: “el autor del libro expresó que para él "fue un placer investigar la génesis de la cerveza en Uruguay". Al mismo tiempo, destacó que sin la existencia ni la trayectoria de Fábricas Nacionales de Cerveza, el material "no tendría tanta riqueza", y, refirmando ese concepto, Olveira puntualizó que "la historia de la cerveza en Uruguay, es, sin duda, la historia de FNC". Esta última afirmación es discutible de cualquier manera lo impreso tiene una cuidada y prolija edición en tapa dura. Lo que no entiendo es su elevado costo de venta al público, cuando hay mucho de propaganda hacia la empresa aludida.
“Cerveceros, Cervecerías y Porrones del Montevideo de Antaño” de Bernd Müller fue escrito en 138 páginas, en un formato y calidad de papel sencillo, salió de imprenta en diciembre de 1989. Está agotado y al día hoy es un objeto intensamente buscado por coleccionistas y estudiosos; personalmente obtuve una copia del mismo en una librería de “las de viejo” a precio irrisorio, cosa muy rara, a pesar de su alta cuantía intrínseca. Con claridad puntualiza el principio de la fabricación y expendio de cerveza en el país, sin lugar a dudas, hay muchas horas de investigación. Hace un buen compendio y excediendo lo histórico contribuye además al mundo del coleccionismo, con su didáctica referencia hacia los envases de la primera época.
De tal valor es la labor que muchos lo citan, un ejemplo: la atractiva y completa web: Colección de Botellas de Cerveza del Siglo XIX en la República Oriental del Uruguay, (ver http://www.porronesdecerveza.com.uy/1024/index.html). Sin embargo, a pesar de todo el ordenado aporte, poco se sabe de su autor.
¿Quién es? ¿Vive? ¿Dónde está? Los amigos Christian Broer y el Lic. Alvaro Mones, fueron de gran ayuda en mi interés para dar con su paradero. Estoy muy agradecido por su colaboración.
Bernd Müller nació en 1944 en Alemania, es un profesor de secundaria e historiador además así contestó a otras cuestiones.
¿Cómo llega a nuestro país?
Vine en 1983 con toda mi familia, es decir mi esposa y 4 hijos (varones). El motivo era haber contraído con el Colegio Alemán de Montevideo un contrato de trabajo como profesor de alemán y de historia. Estuve hasta el año 1990.
¿Cuáles eran sus conocimientos de Uruguay?
Cuando llegué no sabía mucho pero me era sabido que Uruguay, en estos años se encontraba en una situación política muy delicada dado el hecho que había desde años una dictadura militar y fuerte represión. Conocí reportajes sobre el movimiento de los tupamaros y sus metas y métodos. Supe que entraría en un país en plenas turbulencias. Por ejemplo había de parte del colegio en el que trabajaría la norma de que a los profesores de la institución no era permitido vestirse de vaquero. No me parecía muy inteligente la regla pero como fue una orden del gobierno uruguayo me daba una impresión de la situación interno-política del país.
¿Cuál fue su actividad?
Mis actividades en el Uruguay eran en primera instancia - como es de comprender - profesar en el colegio enseñando alemán como lengua extranjera dentro del programa educativo del Estado uruguayo y también historia y alemán como lengua materna dentro del programa del estado federal de Alemania. Pero no me limité en estas actividades. Dentro del colegio fundé y dirigí un grupo de alumnos (ambos sexos) que presentaron obras de teatro (de Hildesheimer, Aristophanes, Kleist, Dürrenmatt, Brecht (La ópera de 2 centavos), Polgar, Friedell, Arrabal). En la Universidad Católica de Montevideo, además di varias conferencias sobre temas actuales o históricos de Alemania como los partidos políticos, la historia alemana desde la Segunda Guerra Mundial y otros. Al final de mi estadía en el paisito tuve la oportunidad de dar una conferencia en la Asociación Cultural Uruguayo-Germana sobre el tema de las cervecerías, cerveceros etc. de antaño en Montevideo y Uruguay y eso era el motivo de que la Asociación y el Colegio Alemán estuvieran dispuestos de fomentar la financiación de mi libro.
¿Fue fácil su adaptación?
La adaptación no me costó mucho. Lo que es fundamental es el dominio de la lengua y me apuré de entenderla aunque siempre con déficits. La gente de Uruguay y sobre todo mis colegas uruguayos del Colegio eran muy amistosos y reaccionaron dándose cuenta de mis esfuerzos. Esto me sorprendió mucho y me alivió la adaptación al ambiente uruguayo. En Alemania por lo menos de entonces eso no fue común que la gente frente a los extranjeros se mostrara tan amable y ayudante.
¿El porqué del libro?
Eso se explica muy fácil: en las tiendas de antigüedades y en la feria de domingo de Tristán Narvaja se me destacaron los porrones por sus formas, sus particularidades como son por ejemplo los sellos, figuras aplicadas etc. Pregunté a los vendedores pero ni uno sabía explicarme nada de la historia y del uso de esto porrones. Hasta en Salto conocí a un hotelero que tenía toda una colección de porrones que sabía algo más aunque no mucho. No obstante me daba la pista donde buscar: cervecerías. Me metí en la literatura que me fue alcanzable y disponible y estudié la historia industrial de Uruguay, la inmigración y algo más. También los folletos de memorias de estos uruguayos que tenían mucho de contar de sus vidas en los barrios y arrabales de Montevideo de los siglos de 19 y 20. Y de poco a poco se formó la imagen del tema dentro de mi imaginación. Además me adentré a diversos archivos locales como el de la ciudad de Montevideo, de la cervecería y otros más que son enumerados en la lista de las fuentes. Tuve el honor de conocer varias personas que se interesaban de mi trabajo y que me apoyaron en ese como el ya fallecido Rolf Nussbaum, el pintor Carlos Menck-Freire, la sra. Lilián Gelos de Vaz-Ferreira y otros que son mencionados en el agradecimiento inicial del libro. Al fin y al cabo, las investigaciones en el tema concluyeron en la necesidad de hacerme más familiar con la historia del país y los historiadores uruguayos como son Acevedo, Isidoro de María, Carlos Zum Felde, Castellanos, Milton Schinca en cuyos cursos de aquel entonces participé y otros. Simplemente: quería saber el porqué de estos envases tan raros que nunca había visto antes en Europa.
¿Colecciona porrones o similares?
Claro que coleccioné porrones en los mercados respectivos de Montevideo y Buenos Aires. Parte de mi colección está (re)presentada en el librito. Nada más.
Si tenemos en cuenta que Alemania tiene tradición más muchas marcas y tipos de cerveza ¿Cómo se sintió ante nuestra poca variedad y calidad media a baja de nuestras cervezas?
Sinceramente, no soy tomador de cerveza. De vez en cuando tomo un vaso o botella, tomo vino con mucho más gusto. La poca variedad de la cerveza uruguaya no me molestó en ningún momento.
¿Qué tiene de bueno y de malo nuestro país?
¿Qué tiene de bueno y de malo nuestro país?
Lo que me gusta: la gente es amable, tolerante, cooperativa. El país es humilde, ecuánime y ponderado. No tiene grandes cumbres ni valles profundos, ni en su geografía ni en su historia.
¿De su trabajo profesional, realizó otras publicaciones sobre temas de su área?
Otras publicaciones que no tienen que ver con el tema de la cervecería: una tesis que se refiere a los colegios alemanes en el extranjero durante el siglo 19 y 20; una historia del Colegio Alemán de Montevideo, ensayos históricos sobre la Grecia antigua, un músico del siglo 19 y otros temas. Todo en alemán.
¿Cuál es su actividad hoy?
Soy jubilado, gozo mis años.
Y lo tiene merecido. Cuando a la historia de la gastronomía de Uruguay le queda mucho por hacer, en la rama de las bebidas y más precisamente en el mundo de la cerveza, ya se han dado algunos pasos. El Dr. Müller, de perfil bajo, un desconocido para la mayoría del país; con su obra, por ser la primera y gracias a su enfoque, hizo un invalorable aporte a nuestra cultura.-
Publicado en Semanario Entrega 2000, sección
Las Recetas de Marcos Ruella el 9 de octubre de 2015
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