viernes, 7 de octubre de 2022

 

CHUPIN

 

    Menuda controversia se me armó hace unos días. Deborah, mi señora, de manera sugerente me dice: quiero un chupín. Me pareció raro, no es muy amante de los pescados y menos de sus platos suculentos, luego cuando preparaba la lista de compras algo me hizo ver la existencia de un conflicto de intereses.

  Ya en el tema encaminamos nuestros pasos, con la prole claro, al Shopping y ahí si, quede perplejo. Las tiendas con muchos carteles anuncian rebajas, descuentos, “sale” cuando me veo entre montañas de ropa, a madre e hija, buscar el talle justo. Advertí, mis ganas de comer guisado de pescado se iban al diablo. Fue proporcional, a mayor cuenta menor apetito y luego de apechugar en la caja, vinieron a casa una serie de pantalones llamados…chupines. Entonces la culpa no es del chancho sino de la riqueza de nuestro idioma. Como se verá, el modo particular del habla de este tiempo y para nuestra región, teniendo como punto de partida un vocablo, nos llevará de paseo por costumbres, canciones y comida, entre otros.

   A la sazón el mundo de la moda no puede estar ajeno y al respecto el diccionario de la Real Academia define a chupín como chupa corta o sea la chaqueta, chaquetilla, la cazadora. La parte del vestido que cubría el tronco del cuerpo, a veces con faldillas de la cintura abajo y con mangas ajustadas. Se ponía generalmente, incluso en traje militar, debajo de la casaca. Relativo a esto y en la misma referencia bibliográfica “chupinazo” no es un superlativo, refiere al disparo hecho con un cohete que señala el comienzo de un festejo. Uno famoso sucede todos los 6 de julio al mediodía en Pamplona, España, desde el balcón del Ayuntamiento, marca el inicio de las fiestas de San Fermín. Chupinazo tiene otra acepción referida al futbol, es un chut (disparo) potente, normalmente hacia el arco contrario.

  Claro la cosa no queda acá, en el portal Minutouno.com publicó en abril del 2007, lo siguiente: “los caprichos de la moda esta vez hicieron que se vuelva a los años 80 de la mano de los pantalones chupín y de corte masculino, que les dicen adiós a los pantalones rectos y de tiro bajo a los que ya nos habíamos adaptado para dar paso a un revival. Diferentes en estilo, estas dos clases de pantalones, tienen en común que exageran los volúmenes. Las prendas se usan o bien ajustadas o bien sueltas. Pero siempre buscando el equilibrio.

   Un poco de historia. Sus antecesores fuertes datan de 1980 e incluyen las calzas y los cinturones a la cadera. Sin embargo, la diseñadora Maureene Dinar encuentra algunos indicios de esta moda en los años 60, precisamente en pantalones de jean. Para la especialista “en realidad no hay una moda determinada para un año determinado. La moda hoy es un juego de estética. El pantalón chupín siempre estuvo, pero cada vez en versiones diferentes”. Maureene informó que en la actualidad este estilo de pantalón es más largo, contrariamente a sus antecesores que eran pescadores”. Ahí también utilizan como sinónimo del chupín la denominación cigarrettes o pitillos. 

   Si todavía me sigue y no se aburrió le cuento como termina la columna. Mientras las chicas seguían de compras, con Hernan, mi hijo nos fuimos a tomar un helado e intente explicarle lo que todo varón uruguayo debe si o si, saber sobre el chupín; el que se cocina en una olla de hierro, al costado del río Negro, del San Salvador o del Uruguay; esa historia y algo más estarán en las próximas Entregas. Continuará.

 

Artículo originalmente publicado el 6 de marzo de 2009, en el Semanario Entrega 2000, en la columna La Recetas de Marcos Ruella.

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